6 JULIO DE 2019 SEGUNDO DÍA INTERNACIONAL DE LAS LUCIÉRNAGAS, AYAMONTE, HUELVA

6 JULIO DE 2019 SEGUNDO DÍA INTERNACIONAL DE LAS LUCIÉRNAGAS, AYAMONTE, HUELVA

Cartel Día Internacional Luciérnagas 2019_Ayamonte_Huelva

La noche del 6 de julio, fuimos a conocer las luciérnagas al Paraje Natural de Isla Cristina. En el molino mareal «El Pintado» de Ayamonte, un lugar fascinante que merece la pena visitar, nos reunimos para hablar de los gusanitos de luz y cómo encontrarlos. Más de veinte niños y niñas se habían encargado de traer a sus padres, madres, tías, tíos, abuelos y abuelas para aprender de estos animalillos de la noche, así que finalmente nos reunimos casi sesenta aventureros.

Gracias al apoyo de Platalea, que se ocupa de que conozcamos mejor la naturaleza y el patrimonio de Huelva, y de los técnicos de medio natural y espacios protegidos la Delegación Territorial de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, nos reunimos en la sala de exposiciones del molino. Cerramos los postigos, apagamos las luces y las chicas y los chicos se agruparon junto al ordenador y así pudieron aprender de luciérnagas gracias a algunos de los amigos que las conocen bien como la abeja Maya y Peter Pan.

En seguida, caímos en la cuenta de lo importante que es apagar las luces de noche: todas las que podamos, en el campo, ¡claro!, pero también en la ciudad. Porque las gusanitas de luz brillan cuando se ponen guapas y esperan un luciernaguito que las quiera… Y si hay demasiada luz, no hay quien las encuentre, y se quedan solitas, y el año que viene no hay nuevas lucecitas en la noche.

Después nos fuimos a dar un paseo por la vía verde de la marisma. Oímos los grillos y recorrimos con la mirada las estrellas cuando alguno de nosotros nos enseñaba las constelaciones. No encontramos ni gusanitos ni gusanitas de luz: a lo mejor no era buen momento; quizás no hay justamente por donde transitamos… ¡uno nunca sabe cuando sale por la noche a intentar buscar luciérnagas!

Cuando paramos, la noche ya nos parecía oscura, tanto que nos permitía reconocer las siluetas de las plantas del margen del camino y medirnos en nuestra sombra de luna. Y como una luciernaguita nos había acompañado en el paseo, su tenue pero brillante lucecita verde hizo iluminar el rostro de todos los miembros de la expedición, que uno tras otro se asombraron de la magia de su destello.

Mientras volvíamos, íbamos im06072019_WFD2019_Spain_Huelva_Ayamonte_1aginando nuevas luciérnagas en los reflejos que deja la noche, en el agua o en los tallitos de hierba. Y deseamos que las noches sigan siendo negras, aún con luz de luna, para que podamos seguir intentando buscar luciérnagas.

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