Raphaël y Ramón (“¿Has visto una luciérnaga?”)

Raphaël y Ramón (“¿Has visto una luciérnaga?”)

Raphaël y Ramón (“¿Has visto una luciérnaga?”) han hablado por correo electrónico de los nombres de las luciérnagas. Aunque estos bichitos que nos resultan tan simpáticos y familiares cuentan con decenas de nombres en las lenguas españolas , no es posible discriminar entre las distintas especies. Lo que no resulta extraño puesto que apenas estamos empezando a conocerlas, a apreciar sus diferencias, incluso a saber con seguridad cuántas viven entre nosotros.
Pero con lo que llevamos ya avanzado, podríamos dar el paso de acercarnos más a este género de coleópteros proponiendo nombres específicos con los que nos podamos sentir cómodos. Intelijencia, dame el nobre exacto de las cosas, decía Juan Ramón Jiménez, porque nombrando nos aproximamos con mejor talante al conocimiento.

No es que minusvaloremos la capacidad expresiva y, sobre todo, el rigor de, por ejemplo, Lamprohiza mulsantii o Phosphaenopterus metzneri, pero, en honor a la verdad, a veces se nos atraganta la lengua o el teclado e, incluso, se nos puede llegar a pasar por alto que estos animalitos con estos nombres con tantas letras son bichos de luz.
De modo que hemos pensado que:

Lampyris noctiluca bien podría ser conocida como luciérnaga europea reconociendo su amplia distribución.
Con Lampyris iberica no es preciso hacer un derroche de originalidad: hace poco que fue bautizada y se hizo de un modo tal que (por ahora) no deja lugar a dudas, así que nos podemos qudar también con luciérnaga ibérica.
Nyctophila heydeni tampoco pone dificultades. Por el momento sólo la hemos localizado en la isla de Mallorca. Por prudencia, y puesto que tal vez viva en alguna otra isla próxima, podríamos conocerla como luciérnaga balear.
Nyctophila reichii es la luciérnaga más extendida en España, pero apenas la reconocemos, en buena medida debido a la fama avasalladora de su prima continental Lampyris noctiluca. Deberíamos poner remedio a esta circunstancia tan desafortunada para un insecto que no deja de sorprendernos: ¡llega a habitar desde las playas pedregosas del Cabo de Gata en Almería hasta una cota (al menos) de 2.500 metros en Sierra Nevada, y desde Huelva hasta Girona y de Almería a Orense, con las únicas excepciones de las provincias de la franja cantábrica! Aprovechando esta distribución tan peculiar, bien merece que la conozcamos como luciérnaga mediterránea.
Las luciérnagas del género Lamprohiza son pequeñas y por eso tal vez hayan pasado desapercibidas. En inglés se denominan starworm, algo así como gusano estrellado, quizás porque el macho de Lamprohiza splendidula, presente en Bélgica, Alemania y otros países, brilla cuando vuela. Pero para nuestras lamprohizas esto no es de aplicación. Podíamos aprovechar uno de los rasgos distintitos de estas especies: que el pronoto de los machos (el escudo que cubre la cabeza) es transparente en parte, dando la impresión de que llevara lentes. De manera que luciérnaga de gafas puede ser una buena opción.

luc gafas
Foto:Las gafas de las luciérnagas Lamprohiza. 1/5/2010, Canals, Valencia. Fotografía: Fani Martínez – Biodiversidad Virtual. http://www.biodiversidadvirtual.org/insectarium/Lamprohiza-img122153.html

Como, dentro de lo pequeñas que son las luciérnagas de este género, Lamprohiza paulinoi (la más extendida, que hemos localizado en las provincias del litoral mediterráneo desde Murcia a Barcelona) es más grande que Lamprohiza mulsantii (que hemos encontrado sólo en Barcelona y Girona), pues podríamos llamar a la primera luciérnaga de gafas grande y a la segunda luciérnaga de gafas pequeña.
Se podría sacar partido del estilo de vida de las dos grandes luciérnagas desconocidas de nombre latino parecido (Phosphaenus hemipterus y Phosphaenopterus metzneri) y denominarlas como luciérnaga diurna de alitas cortas y luciérnaga diurna con élitros.
Hay que bautizar en español también a tres especies cuya presencia sospechamos (o hay citas antiguas) pero de la cual no tenemos constancia en los últimos años.
De Pelania mauritanica sabemos que vive en el norte de África, de modo que podemos utilizar también su apelativo latino: luciérnaga mauritanica.
Lampyris raymondi puede que habite en las provincias del norte de España. Los rasgos que la identifican no son muy patentes, salvo que las hembras poseen alitas vestigiales, pero esta característica es compartida con Nyctophila reichii. Quizás podríamos esperar a saber algo más de ella…
Y, finalmente, la gran incógnita, la luciérnaga que le hubiera encantado tener en los jardines de Aranjuez a la reina María Cristina, la luciérnaga Luciola lusitanica cuyos machos emiten destellos mientras vuelan… Anticipemos como nombre en espera de su localización luciérnaga voladora parpadeante.