Guillermo Palomo, Pirineos Orientales franceses

Guillermo Palomo, Pirineos Orientales franceses

Guillermo Palomo nos escribió con una duda que compartimos: “Este pasado fin de semana (30 junio – 1 julio) estuvimos de caminata por los Pirineos Orientales franceses y nos quedamos a pernoctar en Mont-Louis (Conflent), una pequeña población, conocida por su Citadelle. Después de cenar, como a las 22:15 h, nos apeteció dar un pequeño paseo, y en unos muros de piedra en seco, situados en unos jardines en el exterior de la muralla que rodea la población, observé tres luciérnagas hembra, que después de leer la web creo identificar como Lamprohiza mulsantii. El caso es que soy fotógrafo aficionado y apasionado por la fotografía macro y suelo llevar casi siempre la cámara encima, con lo que fascinado por el descubrimiento, intenté fotografiar una de ellas. Lamentablemente no llevaba un frontal, esa lamparita que se coloca con una cinta en la cabeza, para poder iluminarla y enfocar, así que utilice el flash con la mínima potencia. Obviamente la fotografía me salió borrosa y a pesar de intentarlo en dos ocasiones más, no obtuve un resultado mínimamente aceptable. En esto que al observar mis maniobras, una compañera de caminata, me dijo, “Hombre, que la vas a dejar ciega”. Sí, vi que después de fotografiarla la luciérnaga siguió emitiendo luz, pero he de reconocer que me quedé algo preocupado pensando si no la habría fastidiado. Por ello, mi consulta, quizás sea un poco inocente, pero quisiera saber si al fotografiar las luciérnagas de esta manera se interfiere en el proceso de apareamiento, o si se les provoca algún daño con el flash”.

Esta fue la respuesta que dimos a su inquietud: “En relación a lo que comentas de si el flash molesta a las luciérnagas… siempre es difícil discernir hasta qué punto nuestras actividades son perniciosas para los animales. No sabemos qué pensarán sobre un «susto» de este tipo… En general, cuando son molestadas apagan la lucecita, pero más tarde, o al día siguiente, la vuelven a activar. Aunque también es cierto que el estrés provoca la luminiscencia de machos, larvas y hembras, pero sólo durante unos segundos.

Como para tantas otras circunstancias, lo mejor es actuar con prudencia y sentido común. Valorar la necesidad de la fotografía y, en base a ello, estimar más o menos razonable la molestia que podemos causar”.